domingo, 18 de noviembre de 2007

X Aniversario Canterbury


"Happy-Hardcore" en estado puro


Musicón, festival, festorro, orgía... Cualquiera de estos términos es válido para definir lo vivido en la noche del sábado. Vaya que si hubo musicón... ¡y del bueno! Lo que se presentaba como un panorama poco halagüeño para la diversión y el entretenimiento, resulto ser un "desfase" generalizado en un pub, que ya nunca más será como otro cualquiera y que se ha ganado un lugar de prestigio dentro de los centros de ocio nocturno caravaqueños.

En un principio, Raquel nos había invitado a su 23 cumpleaños. Sin embargo, ni nos dijo donde ni a qué hora era. Ramón, que era la persona encargada de proporcionar esa información, no dio señales de vida. Tal vez, se perdiera entre bosques almerienses plagados de guiscanos o que se pillara una indigestión a setas que no pudiera levantarse en un mes. El caso es que al volver de cenar de "El Chita" intentamos contactar con Carlota y Raquel, pero tampoco contestaban. Al ver que tampoco respondían la llamada, Walter y yo nos "pusimos negros". Incluso yo amenacé con no volver a Caravaca hasta Navidad. Un par de futbolines en el Keyper nos ayudaron a serenarnos. A las 12 y media ya estábamos pisando el Canterbury. Al principio, nos machacamos individualmente buscando los bailes más disparatados y creativos. El esfuerzo fue tal, que Nata me dijo que estaba en forma como premio a mi ardua labor. Nata, Nitro y yo acompasábamos nuestra danza a la perfección. Prueba de ello, es que de esta festividad salieron muchos pasos de baile espectaculares que seguro que se verán más adelante. Recordar también, que el archiconocido baile del motopico se puso de moda en este bar, demostrando que es un escenario talismán y una fuente de inspiración para los grandes maestros del baile en pista. A las 2, ya estábamos "hechos mierda" y rayados por la oscura sesión de DJ Medina, que se estaba pasando tres pueblos con los efectos especiales. Nitro y yo nos hicimos amigos de un tipo que parecía ir hasta las cejas debido al consumo de algún tipo de estupefaciente. Cada vez que levantaba la mano, tenía que chocársela para evitar conflictos y que me dejara en paz. En un lance, llegó a quemarme con el cigarro. Es la tercera vez que me queman con un "pito" en esta semana. Estoy sopesando la idea de comprarme un mono integral inífugo para salir de fiesta. Ya que estoy, lo compraré lo más cantoso que pueda, porque soy así de guay. Con el primer cubata y último para muchos, llegaron los primeros regalos: una gorra de fanta y un mechero con luz de neón incorporada. Yo tuve que pedir uno por uno cada uno de los regalos para que me los dieran. Cuando pedí el mechero, el camarero me dijo que si fumaba. Le dije que no, que era para encender petardos. Él me hizo un gesto elocuente con dos de sus dedos mientras repetía aquello de "encender petardos".

Hacia las dos y media de la madrugada hicimos un descanso fuera para tomar el fresco y ver el ambiente de la "Nota". Como la media de edad no bajaba de los 40 años, salimos a escape por donde habíamos venido. En la pared situada justo enfrente del "Canter" estaba proyectado el escritorio de un ordenador con una ventana del Norton antivirus abierta y avisando que la licencia de registro había caducado.

Me estaba entrando gana de acostarme, pero me engañaron y acabé en Canterbury de nuevo. El ambiente era mucho más hostil y "farruco" ahora. Tanto es así, que pensé en meter una escalera portátil para saltar por encima de la gente en el último tramo de la barra. Idea, que por supuesto, me digné a compartir con algunos de los allí presentes. Medina, parecía haber dado con el sonido de la noche, porque ahora su eléctronica lucía mucho más a los sentidos. Sin querer, pisé algún tejido negro que había por el suelo. Me agaché a cogerlo, creyendo que se trataba de alguno de mis guantes o de otro regalo. En realidad, era un calcetín negro que desprendía un olor acre y hediondo que estuvo a punto de tumbarme. La gente de mi alrededor lo iluminó con las linternas al tiempo que se violentaban por la peste que desprendía y me recriminaban por ello. Más adelante, otro tipo me dijo que se había topado con él, y yo le contesté diciendo que estaba pensando en quemarlo, aunque no lo hice so pena de cobrar una paliza por haber aumentado el pestuzo en la sala. A una chica ya mayor que estaba bailando a mi lado, le advertí que no bailara fuera de dos losetas yo tampoco fuera de las mías, con tal de repartir el escaso espacio disponible. No se lo tomó muy a broma. Me dijo con gesto serio que no podía permitírselo porque ella necesitaba mucho espacio para bailar. Tras eso, reconoció estar bromeando y aplaudió lo ingenioso de mi idea. La buena de Encarna apareció de no se sabe donde y me abrazó. Parecía simpática y todo. No paraba de zarandearme y abrazarme. Lucía, Bruno, Margarita y Berzosky "revoloteaban" también por aquellos recónditos parajes y el grupo de Ñin, Atocha y compañía desfasaba muy cerca nuestro. Decidí tomarme un respiro porque veía que la sensación de agobio me consumía. Matías de Gosilandia me interceptó en mi precipitada huida y me asió del brazo sin que yo tuviera tiempo para reaccionar.

- Veo que estás disfrutando- me dijo
- No sé porque dices eso - le contesté indiferente
- Se te ve en la cara y en tus gestos - me explicó
- Bueno... puede ser.
- ¿Has visto al Medina?
- No. ¿Por qué?
- Porque está pinchando.
- No puede ser. ¿Es que él suele pinchar aquí?
- De cuando en cuando.
- Yo pensaba que pinchaba "el Chumbi"por lo que tengo entendido.
- El es DJ también y pincha mucho.
- ¡Qué barbaro! ¿Es que no dan camisetas de esas azules?
- Ya las han dado todas.
- ¿A qué te dedicas ahora? ¿Sigues con el fútbol?
- Juego en un equipo y entreno a otro de fútbol sala.
- Yo nunca seré bueno para eso.
- Seguro que tu serás muy bueno en otras cosas.
-Je,je. Bueno me voy.

Mi mirada se cruzó entonces con la de Charo, antigua alumna de Cervantes también. Creo que he hablado un par de veces con ella en toda mi vida, así que ayer tocaba. Le pregunté por Clari y por Ana Lorena, pero ella me dijo que Clari estaba durmiendo. Yo le dije que trabajaba demasiado y que su tarea iba a acabar con ella.

- Se va a hacer de oro la Clari - repuso ella con orgullo de amiga
- Puede ser. Y yo mientras aquí muriéndome de hambre. Bueno voy a ver si aclaro mis ideas fuera y me despejo.
- ....¡Hay que ver! ¡eh! ¡hay que ver! - bromeó

Iba yo directo hacia la salida cuando otra persona captó mi atención. Era Encarnita que estaba platicando con Alfocea, un tipo que por aque el entonces no me acordaba de quien era, pero con el que me he pegado fiestas muy gordas. Valga como ejemplo la noche que bajamos a la quorum con Ramón, Javi Kimura y otro tipo que desconozco a los mandos de un coche también desconocido. Aquel viaje no deparó nada bueno, salvo la tontuna de: "Estoy oscuorum". Así, con la tontería de que no nos conocíamos, Alfocea y yo tuvimos 10 minutos de conversación, ignorando a Encarnita, que se encontraba "en celo". Media hora después de haber anunciado mi descanso, alcancé la calle. Me fui al sonidos sin saber cómo ni por qué. Saludé unos cuantos conocidos, entre al aseo y volví al Canter.

La temperatura allí subía por momentos. Calor, pastillas, alcohol, cuero, vómitos y 200 decibelios mal acoplados se fundían formando una bomba de relojería que podía estallar en cualquier momento. Las puertas se hallaban cerradas y el Canterbury se perdió en el espacio-tiempo de otra dimensión paralela. Nadie de fuera se enteraba de lo que había dentro y viceversa. Entonces empezaron a sonar "trallazos" como Oxia, David Guetta con "Love is Gone", Hey Boy Hey Girl de Chemical Brothers y un pequeño recopilatorio de "The Prodigy" que me sacó fuera de mí definitivamente. Un tipo de acicalada perilla se puso a bailar a mi lado y me dijo a la oreja que "estábamos locos". Ignoré ese comentario e incrementé la frecuencia de mi baile. El no pudo sino hacer lo mismo. La sala Canterbury estaba a punto de estallar. Los camareros estaban de pie encima de la barra alentando a la enfervorizada peña. Los láseres iluminaban la estancia y los jefazos que anteriormente se habían jugado la vida para colocar los altavoces y el proyector, seguían trabajando "a destajo". En uno de mis extraños movimientos le pegué un pisotón a una chica que hacía más caso a la pared que a su supuesta "pareja", la cual no cejaba de mirarla. La chica me disculpó dulcemente, se dio la vuelta y siguió bailando con su muro. Nuestro amigo drogadicto cuyo apodo aún no está claro (y su identidad menos aún), embistió entonces contra la pobre muchacha. Algunos dicen que era "el Peseta", otros que "el inglés", pero yo más bien lo definiría como el "enano verde". Llevaba puesta una sudadera verde con el rótulo de "Ireland" grabado en ella. De vez en cuando, se ponía la capucha dando aún más miedo. Recuerdo que me formuló comentarios del tipo:

- "¿Dónde vais? ¿Me puedo ir con vosotros?"
- " Que no me entere yo que nadie se mete contigo"
- "¿Qué pasa contigo?"

Mis respuestas las tengo un tanto borrosas. Lo único que sé, es que se quedaba de piedra a cada una de mis respuestas. Como conmigo no veía futuro, se cebó con la pobre muchacha de ojos azules. El "supuesto novio" seguía impasible, como si la cosa no fuera con él, mientras "el duende verde" la seguía incordiando. Se me pasó por la cabeza apartarla de aquel ser fantástico y dejar que le "comiera la cabeza" al novio. Me arrepiento mogollón de no haberlo hecho, palabra. En cuanto a los antecedentes del mozo, no está claro si vino con alguien en concreto, o si realmente alguien lo ha visto en Caravaca alguna vez. Por favor, colaboren con la policía en caso de saber algo de su paradero o de su vida antes de esta espectacular aparición. Lo único que sé con certeza, es que fue la persona más sociable de toda la noche. En los últimos coletazos de la sesión, se repartió "merchandising" variado en forma de camisetas, gorras, mecheros y un abridor-bolígrafo-imán de diseño ergonómico que nos encantó a muchos. Esta vez no nos echaron a base de ruidos chirriantes y pitidos, sino con la canción de la Pantera Rosa. Una forma más elegante de largarnos del local, pero mucho menos elocuente, claro está.


PD: ¡Ahh!, se me olvidaba un detalle importante: cuando la fiesta alcanzaba su punto álgido, el dj metió la canción de "Los coches chocones", lo cual creó visible exaltación en algunas personas dentro del local (Walter). Sin embargo, la cortó a mitad y "El Canterbury" se quedó virtualmente sin música durante interminables segundos. Nuestro gozo en un pozo. Otra vez será.

4 comentarios:

ramon dijo...

Hola de nuevo. Esa noche no estuve con vosotros porque al final mi presencia fue necesaria en los Salones Castillo. Una pena...

Me tienes que hablar de eso de "estoy osquorum", ya sabes que mi memoria es una mierda y me olvido de todo.

Anónimo dijo...

Hola Crespo creo que con este blog seras capaz de sacar a mucha gente de la droga y meter a mucha mas a consumir mataratas por vena!

No dejes en el tintero tus raices y se humilde, cuentanos algo sobre el papa, como es eso de ir a encuestros "papales" y como se pude hablar de su santidad en eventos tan dispares como el creamfields..

Comenta algo sobre tu etapa en los "kikos murcianikos" y reconoce que te echaron por festero, o por tener mucha fiesta en el cuerpo. queremos saber la verdad!

Espero que ahora al tener tu blog postees las esperadas redacciones tan esperadas por todos los amigus, aquellas en las que redactas con todo detalle y reproducciendo conversaciones de 7 horas con mas de dos mil millones de palabras conbinadas con los mas destacados y decorosos recursos linguisticos, espero poder poder revivir por medio de tus palabras todos los eventos señalados en nuestros calendarios con letra negrita y cursiva de un año pa otro, como son las fiestas del vino de jumilla, hogueras de alicante y como no la noche de las migas tan "espelusnante" que montamos en la peña independiente,

pd. que hijo puta el ramon, aunque viva el blog humilde
Bru preparate que esta noche de las migas no sabemos porque pero o el candao del escorial estara abierto o la puerta fuera del marco jajajaja

Anónimo dijo...

Algunas palabras te sobran en esta detallada anécdota. Creo que ya hablamos y debes callar algunas cositas, aunque sé que no lo haces con mala intención. En fin, bienvenido al mundo blognauta. Mi más sincera enhorabuena por lo que nos vas a ofrecer. Quiero que me conviertas al cristianismo. Un beso Crespito Chispito.

w dijo...

Crespo solo ha dicho verdades como catedrales y dudo mucho que alguien se pueda sentir ofendido de su comentario , y en caso de que alguien se sienta ofendido ese soy yo ; por no decir nada en su redaccion de que sonara duranta 7 segundos los coches chocones