jueves, 15 de noviembre de 2007

Paellas San Alberto '07

Haciendo tiempo para la barbacoa

¿Qué tal decrépitos? ¿Otra vez por aquí? Aquí tienen la crónica de otro fabuloso acontecimiento. Que lo disfruten.

¡Qué grandes paellas nos deparó ese 12 de noviembre!. Nuevo escenario, nueva gente, organización nuestra, fiesta hasta altas horas de la tarde, musicón, ¡hasta había paellas de verdad! ¿qué más se le puede pedir?

Todo comenzó con la compra de todos los utensilios de barbacoa, "la carnaza" y el bebercio. Todo tiene aún más mérito si consideramos que la operación se llevó a cabo gracias a "la chincheta".
Espero que ésta, nos siga proporcionando grandes momentos de gloria. David, no la revientes, cuidala. En última instancia, se decidió comprar una parrilla en "el chino" de Espinardo y pensando en dar el pego cambiando el precio de las etiquetas. Incluso, se barajó la posibilidad de llevar al recinto una plancha del laboratorio.

La primera misión, fue buscar rastrojos que avivaran el fuego, pero Bartolo y yo solo hallamos tierra, hierbajos y tuberías de PVC. Nos equivocamos de zona. Jesús encontró el material justo enfrente de nosotros. Luego nos tachó de inútiles y con razón. Mientras se echaba la gasolina y prendía la hoguera, Bart y yo nos fuimos con las de primero. Jesús disfrutaba haciendo la comida y nosotros nos hacíamos fotos. El mundo es así de injusto, y España aún más. Uno trabaja, el resto "hace el canelo" mientras.

La gente degustaba con gula e impaciencia a partes iguales grasientas patatas y mugrientos frutos secos a la espera del plato fuerte. Como las "garguerias" se acabaron muy pronto, muchos desenfundaron las cámaras buscando captar la imagen del día. Sólo consiguieron que yo apareciera en todas y cada una de ellas. Pronto quedaron resignados ante mi radar fotográfico.
Mientras Chus se "colocaba" a base de compost del barato, la carne se iba dorando. Desgraciadamente, este año las morcillas salieron bien, con lo que no hubo diversión. Porque una barbacoa sin morcillas reventadas no es "barbacoa". Tampoco hubo patatas bravas en esta edición, debido a que los voraces comensales y una banda de "gorrones" se las habían "gumiado" en "un tris". En señal de protesta, este año no comí morcilla y "gipé" todo el tocino que pude. También he de reseñar, que durante el transcurso de la "quema grasienta" algún ambientólogo se puso a protestar contra la quema de pinocha. Los muy incultos, no saben que los troncos que ellos utilizaban, contaminan más. Una chica de química se puso en pompa delante mío con objeto no sé si de provocarme, o más bien para que la utilizara como mesa plegable. El caso es que nadie se dio cuenta, excepto Bartolo, que creía que me estaba riendo por tener toda la comida a un palmo de distancia. El ambiente se iba caldeando, y yo que no había probado sorbo de alcohol alguno, me acerqué a la "parrillada" del Rodri para encenderle un cigarro "churrascao" a la buena de Lupe. La gente se puso muy violenta entonces y protestó enérgicamente. Mi teoría es que si un chuletón de ávila "churrascao" es más caro y está más rico que otro chuletón a la plancha sin pasar, lo mismo pasa con un "piti". La gente pensó que era para mí, pero fue Lupe la que se rindió ante el sabor "Matutano" del Malboro. Mientras me cebaba a base de coresterol y los demás admiraban mi emergente panza, Morales y la señorita Toledo me propusieron subir a la plataforma de sonido para dedicar algunas palabras a la afición. No me gusta hacer las cosas de manera forzada, sino espontánea y cuando la gente menos lo espere.



Siempre cerca de la barra, por si la sed aprieta




Harto de la ausencia de acontecimientos, me fui a la barra de Ingeniería a hablar con Negro y con David "El Payaso". Después de despijotarnos con nuestras imbecilidades innatas (entre ellas rapearnos a nosotros mismos), y de hacer una votación sobre el producto estrella de una barbacoa (empate a 2 entre tocino y morcilla), decidimos buscar a David Sánchez Esparza alias "El Stripper" y dedicarle una canción, mientras el resto del grupo lo retenía junto a la barra, para aplaudirle, apalearle o comerlo a besos. Desafortunadamente para el bien del espectáculo, el susodicho no dio muestras de vida. De repente, se formó un gran tumulto junto a la tarima. Cientos de "camisetas amarillas" (en realidad 2 o 3) desfasaban al tiempo que hacían bailar a Newton y a Mendeleyev. Aquello fue demasiado para mí. Javi, David y yo nos acercamos con sigilo hasta el "meollo"de la cuestión para intentar hacernos con uno de los históricos personajes, llevarlo hasta nuestra zona, y zarandearlo hasta reventarlo con los nuestros. Pensé en coger a Mendeleyev, ya que Newton tiene mucho más peso científico y que más de uno se podría sentir herido. Se lo pedimos amablemente, pero una chica con rostro de "rata" nos negó el favor. David alegó que éramos de física, pero ella le contestó diciendo que los de física eran una gran familia y que se conocían entre ellos a la perfección. Cómo no querían por las buenas, decidimos ejecutar "el plan B". David le pegaba una patada a una y yo salía corriendo con el muñeco. Tres segundos después, reconocimos nuestra inferioridad numérica y capitulamos.
Posteriormente: David me invita a un vino. Hablo con Enrique. Hablo con Ana caravaqueña. Hablo con Clari. Hablo con todos. Hablo solo. No paro de hablar.


Nos echamos unas fotos en la ladera del monte a ver si con un poco de suerte, nos lisiamos y nos evitamos pasar por el desagradable trance de "las batas". Enrique y yo alucinamos con "las gafas mosca" de Laura mientras asistimos a un bello atardecer. Pachorras se me cruza en el camino, y sin dejar que me de explicaciones, lo obligo a subir a la cabina del DJ y marcarnos unos bailes con "las pollicas" de primero. Mi "aura", al parecer, capta a mucha peña de primero que se acerca. El epicentro de la fiesta se tiñe de naranja mientras bailamos unos temas. Patxi se va y saludo a la gente de Química. Vuelvo a la barra y me hinco un vinico "de pago" y una cerveza "de gorra". La gente de dentro de la barra se pelea por servirme tan adorable refresco. Adquiero la condición de inflamable. Me tiran frutos secos desde la barra y me cabreo enormemente. Los de ambientales nos rodean por todos lados y se suben a las barras a bailar. Intento robar una bandera de biología, utilizada como estandarte. Como no me lo permiten,rapto a una tía (Marga amiga de Maribel). Conozco a más gente y cuando veo en el reloj las 18:25 decido largarme de allí. Javi Morales me acompaña hasta el coche para coger sus aperos. Ha oscurecido mucho y me pongo a conducir borracho. Una valla impide el paso al "campus", así que giro a derechas tras un coche blanco con la música a tope y cuyos ocupantes presentan evidentes signos de embriaguez. Tras recorrer kilómetro y medio atravesando urbanizaciones ilegales, nos encontramos sin salida. Damos la vuelta, pero el coche de delante se hace a un lado. Posiblemente fueran "a vomitar". Sinceramente, espero que así fuera. Emprendí el camino de retorno escuchando un sabroso track del recopilatorio Ibiza Mix'97. Tomé el camino alternativo temiendo un control de alcoholemia a su conclusión. Nada de eso. Fui a desembocar al polígono industrial de Molina. Me alejé presto, suspirando profundamente y con la conciencia tranquila, mientras la noche cubría con un mantel de estrellas el azulado cielo.

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