
Una de las cosas que más me gusta del cartel es que te den las
coordenadas x e y del sitio donde se celebra el concierto.
coordenadas x e y del sitio donde se celebra el concierto.
¡¡¡¡Esto se sigue moviendoooo!!!! ¡¡¡ Yo no sería nada sin vosotros, de verdad!!! ¡¡¡Gracias por todo!!!
Así se despedía Chimo Bayo de su público, incondicional y entregado por entero y como siempre a su gurú. Después de ver lo sucedido ayer, puedo afirmar que pervive, y no solo en nuestras mentes y corazones, sino en carne y hueso. Llevaba más de un mes esperando el acontecimiento, como tantos otros, y si bien cometió algún pequeño error, nuestro amigo no defraudó.
Nuestro cuartel general de quedada fue mi piso. Mientras Walter devoraba niveles en el buscaminas, yo le leía lo mejor de mi repertorio de libros.
- ¿Cómo preparar un plato de spaghettis con..? Simplemente, no se prepara - rezaba el libro de cocina.
- Mitos de la droga - rezaba otro libro:
1.-El tabaco contamina, pero más los coches y las fábricas, así que si podemos ser víctimas de la contaminación ambiental, ¿por qué preocuparnos?
2.-No pasa nada si sólo se consume cocaína los fines de semana.
3.-La heroína, si se fuma, se puede controlar.
4.-Si la heroína no está adulterada no es peligrosa.
5.-Es muy difícil contagiarse del VIH-SIDA
6.-Todos los consumidores de heroína son unos delincuentes.
La Guardia Civil llamó una hora más tarde, para desplazarnos hasta el Jesuso, donde habíamos quedado con Víctor para cenar. No escatimamos fuerzas para degustar un frugal convite: simulacros, chorizos, salchichas a la plancha, sobrasadas con queso, plato combinado de embutido, queso fresco con tomate... no faltó de nada, incluyendo una buena ración de quintos. No cabe duda, que se trataba de una cita de las importantes, no solo porque no se ve a Bayo a todos los días (que posiblemente no lo veamos nunca más, no lo quiera Dios), sino porque el "trío muerte" llevaba muchísimo tiempo sin reunirse. La ocasión lo merecía. Al margen de eso, Víctor de Moratalla también llevaba mucho tiempo fuera de nuestra onda. Otro punto más para el optimismo.
Durante la cena, conté los comentarios que se habían escuchado en la tienda de discos "Tráfico", con motivo de la compra de entradas:
- ¡Dáme tres pa "el Chimo Bayo"! - dije sin vacilar al dependiente del local mientras cruzaba como un rayo el umbral de la puerta.
El Sr. Floro apenas se inmutó. Posiblemente había muerto mientras calaba un "piti" o mientras despachaba un par de entradas a unos ecuato-heavies.
- ¿¿Quéeeee??? - dijo otra voz por detrás -¿Chimo Bayo? Pos, ¿ése no había muerto ya?
El Sr. Floro pareció reaccionar al fin, disipando esa mirada pétrea y cabizbaja del mostrador.
- Sssiii - murmuró - al parecer se ha puesto de moda en los "revival" ahora. Y ahí lo tienes, ¡dando por culo otra vez!
Mientras tanto, yo lo maldecía para mis adentros.
- ¡Ese tío parece no tener fin! ¡Pues no hace años de aquello!
- Así es - dijo Floro mientras cortaba las entradas.
- ¿Y dónde toca, por cierto? - preguntó el otro, que para mí que se le estaba haciendo la boca agua por ir.
- En la sala 7 nights
- ¿Y dónde está eso?
- En la Carretera de Fortuna.
Tras una interminable espera, recibí mis tres entradas, cuyo precio se elevaba hasta los 12,50 euros, 50 céntimos más de lo esperado por los gastos de distribución. Luego bromeábamos diciendo que la entrada valía 1, 5o euros y que el precio se elevaba a 12,50 porque los gastos de distribución eran de 11 euros. ¡Ja,ja! ¡Estaría mu bien!
Walter leía la inscripción que decía algo sobre las tres cés:
- Pos Crespo empieza por cé. ¡Y Chimo también! - comenté
- ¡Y Chom!
- Estamos elegidos - nos dijimos al mismo tiempo.
La cena nos salió más barata de lo normal, ya que el camarero no lleva la cuenta de lo que se pide. Mejor. Venganza por todos los claves de los que hemos sido víctimas.
Cuando nos pusimos de camino hacia el local, Walter conectó la radio y conocimos el vapuleo que le estaba dando el barça al atleti (3-0 en 15 minutos de partido). Walter se salíó por la salida de antes de la de Fortuna. Recibió múltiples críticas y reproches por ello, pero acabó saliendo airoso en su hábitat natural, la carretera.
Al llegar, había ya ambiente en el aparcamiento de las naves, repleto de "pintas" que auguraban un concierto "de alto riesgo". No entramos en el recinto, no porque no hubiera un alma, sino porque todavía no habían traído las entradas para venderlas, y Víctor no pudo comprar la suya. Dimos media vuelta, y entonces un coche se detuvo un coche enfrente de nosotros. De él, descendió un tipo de melena rizada y de enjuta silueta.
- ¡Hombre, Manolo! ¡Eres el qué faltaba! - le gritaron los porteros
- Venid - les apremió Manolo- ¡ayudadme con esto! - les pidió dejando al descubierto un maletero lleno de cajas- mirad, tenéis que repartir una pegatina por entrada a los que entren, y asegúrate de que los camareros las lleven puestas - les instó un tanto alterado.
- Ese tipo lleva ahí una motosierra - me comentó al oído Charlter.
- No me extraña. El año pasado abrieron el festival con una de esas. No puede faltar.
Para hacer tiempo, nos fuimos a tomarnos unas cañas por ahí. Acabamos en el "Ventorrillo", pero no en el de Kavila, sino en el bastardo. Junto a él, se encontraba la fábrica de Grefusa, donde se engendran los míticos Grefusitos. Por eso quizá, a Walter se le nublara la vista y se pasara la entrada del restaurante y luego tuviera que dar la vuelta.
La conversación aquí, giró en torno a cuantos defensas más debía de poner Clemente para que llegaran los buenos resultados. Uno decían que ocho, un mediocampista y un mediapunta. Sin duda, esta era la opción más ofensiva y ambiciosa.
- ¡Con eso sobra! - recuerdo que comentó Chom
Luego comentamos cosas sobre Vidakovic, y que supuestamente había escogido ser el segundo de Clemente porque no le hacía falta entender nada, este le hacía el gesto de tirar palante y el ya comprendía. Pero que realmente, el de español no entendía una mierda, y que si hubiera sido otro entrenador español el que lo hubiera cogido como segundo, hubiera sido de relleno, porque el, donde estuviera el buen cirílico, el español sobraba.
El Barça, mientras tanto, mareaba al Atleti a su antojo, y de no ser por Víctor, que no veía jugar a su equipo tan bien desde hacía diez años, no lo hubieran puesto, ya que como el partido había perdido interés, habían puesto una mini serie de género fantástico.
Tras tomarnos un par de cañas por barba (exceptuando Walter), volvimos a la sala 7 nights, cuyo parking presentaba un conmovedor ambiente: zagales y zagalas con gorros de ducha bailando y cantando canciones con letras de este estilo: ¡Pónme petacetas en el coño...!
Una carcajada brotó en el interior de "Manuel" aplaudiendo semejante escena. Momentos antes, viendo que era imposible localizar aparcamiento, pensamos incluso en bloquear la salida del parking, plantando a "Manuel" justamente allí.
Esta vez si que pudimos entrar. El recinto constaba de dos salas, y la del fondo era la destinada al concierto. Un cuadrado perfecto de grandes dimensiones, dotando de una tarima central, y dos largas barras en el lateral y al fondo. Había un camarero (normalmente camarera) cada dos metros. Overbooking. Lo más sorprendente era que nadie había empezado a tocar, y que el área se encontraba prácticamente vacía, aunque la música era bastante cañera. Víctor se puso a hablar con una y nosotros nos arrejuntamos en la barra a bebernos un cubata. Me llamó la atención un tipo bastante rarito con capucha negra que no paraba de dar vueltas a la sala de manera cíclica y siguiendo siempre la misma trayectoria. Cuando pasaba, nos dedicaba una mirada fría como el hielo y cortante como un cuchillo.
- ¡Tú!, ¿has visto a ése? - dije llamando la atención de Chom - ¡no para de dar vueltas!
- Es la muerte - repuso Chom en tono indiferente, como si lo viera lo más normal del mundo.
Walter se fue un rato con Víctor, y yo me quedé un rato con Domingo, contándole cosas del viaje a "Compos" y de la pasada a conducir que nos habíamos pegado mi tío y yo con el Megane. El se habíado ido con Fulgencio meses atrás y también lo había pasado muy bien.
- Pues si te quieres apuntar en Diciembre a una fiesta en la Academia de Pontevedra, avísame y se lo digo a mi primo.
- Vale, pero aún es pronto. Estoy con el proyecto, y no sé como lo llevaré en diciembre. Ya te digo, estar en Galicia unos días es lo suyo. Yo he estado tres días, dos de los cuales han sido de viaje, y aún así, ha estado cojonudo. Apenas llovió por la noche, pero era lluvia de esta fina.
- Y luego conduciendo una maravilla. ¿Tú sabes que es llevar siempre un gasolina, y coger un Megane Diesel por la autovía?
- La verdad que el Megane es una buena bestia, sí. Yo lo llevé de patrulla, y ese se pone a 200 pero fácil.
- Fíjate que mi coche tiene 80 CV y el Megane 130 CV. Yo iba a 130-140 y el coche pedía y pedía.
- ¡Ah! ¡No te lo he dicho! ¡Me he comprado un coche!
- ¡No jodas! ¿Cuál?
- Un Toyota Avensis de segunda mano.
- Y ése, ¿cuántos caballos tiene?
- 150.
- ¿Es diesel?
- Sí.
- ¡Dios! ¿pero ese qué? ¿se pone a volar?
- Es un monstruo. Tiene sexta.
- Ya, supongo. El Megane también.
- ¡Ah! ¿Qué te has comprado tú también un coche? - dijo Walter interrumpiendo la conversación.
- Pues sí. Un Avensis.
- ¡Chacho! ¡Aquí mucho coche, pero aquí nadie saca el suyo! ¡A ver cuando lo sacáis, qué siempre conduzco yo! - se quejó amargamente.
A todo esto, había comenzado ya el concierto, con un grupo, "The Ginger Lynss" que no transmitía buenas vibraciones:
- ¡Vaya pastel!- dije
- Podía empezar Chimo Bayo a todo trapo y ya está. Los otros pa qué - comentó Chom.
En esto, que aparece Víctor por allí excitadillo de más y con rostro agitado.
- ¡Chacho! He visto a los del Kante Pinréliko y a Chimo Bayo en la puerta.
-¡No jodas! - clamé de envidia - voy al aseo un momento.
- ¡Tira a ver si siguen en la puerta! - gritó Domingo cuando yo ya había echado a andar.
Por desgracia, en la puerta no había nadie. Miré en derredor de la otra sala, haber si me encontraba con la cara que estaba buscando. Negativo.
Tan frustrado me sentí, que me metí en el aseo de las mujeres. Allí estaban tres ejemplares de esta especie peleándose porque no sabían hasta cuando se iban a quedar:
- ¡Hacho! ¡Qué yo no me quedo a ver al Chimo Bayo ése! - dijo una que parecía tener un buen pronto - si ni siquiera sé quién es.
Con aquellas afirmaciones, me lo dijo todo, así que cabreado por la calumnia que acababa de recibir el bueno de Chimo me retiré de allí.
Cuando me metí en el de los señores, me encontré tres tíos con gafas de sol y vestidos con gabardina larga al estilo Matrix, echándose fotos a ellos míos. Ante semejante panorama, cumplí con la tarea que me había propuesto hacer, y salí por piernas antes de que alguien me pudiera echar el "pestillo".
- A mi vuelta vi que había un cámara enfocando hacia donde yo me encontraba, y para colmo, era japonés. Me puse a bailar y hacer el tonto, para que el hombre tuviera algo que contar a su vuelta a tierras niponas. Una moza de buen tallaje bailaba en mi radio de acción e intentaba robarme protagonismo con sus actuaciones. Era alta, guapa y madura, pero no me gustaba que llevara dos kilos de pintalabios encima. Aún así, no desperdicié la ocasión para tenderle mi mano:
- ¿Hasta cuándo te vas a quedar esta noche?
- Pues no lo sé. La verdad que no tengo previsto el momento cuando me voy a ir.
- ¿Es qué no vas a ver a Chimo Bayo?
- ¿Quién es Chimo Bayo?
- Pues Chimo es el último que toca y el cabeza de cartel. Te lo recomiendo.
- ¡Ah, vale! Lo tendré en cuenta.
- ¡Mira! ¡La cámara nos está enfocando! ¡Haz algo!
- Es verdad.
Tras hacer unas cuantos movimientos próximos al ridículo y la desvergüenza, le comenté:
- Siento que tengas que pasar por esto, pero da la casualidad que cuando hay una cámara de fotos o de vídeo de por medio, siempre acaba enfocándome de lleno. Lo digo en serio.
- ¡Ja,ja! Debes de ser muy fotogénico.
No se que más sandeces nos diríamos pero el caso es que mis recuerdos me llevan ahora a la barra, exigiendo otra ronda y con la camarera rubia de por medio. En aquellos instantes, me encontraba con buenas sensaciones y no habiendo bebido mucho, un poco ebrio.
- Un brugal naranja y un white label cola, por favor le dije.
A continuación, cuando volví con las botellas la asedié a preguntas, calentándole la cabeza:
¿Desde cuándo trabajas aquí?
¿No te aburres?
¿A qué más te dedicas?
Etcétera.
Fruto de mi empeño y pedantería, conseguí que me sonriera y que me echara los cubatas más largos, ¿a qué sí Chom?
-¿Te echo más? - preguntó
- Sí, claro.
Entonces, vino la peor parte de la noche, la del aburrimiento y la desidia, tan solo interrumpida por la aparición de una fotógrafa de traje rojo y bonitas piernas, a la que a punto estuve de darle un toque. Destacable también la actuación de Barbara Vamp, una supuesta actriz porno que se quitó absolutamente todo, excepto la piel a tiras.
La banda "Les Olé" realmente fue una mierda y los del Cante Pinréliko no me llenaron mucho, tanto que me lo pasaba mejor en los descansos entre grupo y grupo, que durante el concierto mismo. Algunas frases en mitad de la actuación y sin venir a cuento, me sacaban por momentos de mi amodorramiento:
- ¡Es hora de sacar cuchillos y navajas!
Un ritmo descomunal haciendo referencia al célebre Paco Pil como:
- ¡Paco Pil, Paco Pil, Paco Paco Paco Pil, Paco Pil, Paco Pil, Paco Paco Pil!
y que decir de esta afirmación:
- ... para escuchar grupos similares a Camela, hay que ir al sur de Madrid.
A final de su actuación, el grupo "Les Olé" congregó al escenario a un montón de peña a armar "ruido", como diría mi amado padre. El espectáculo era enteramente carnavalesco. No en vano, el bajista iba en gallumbos y pintado durante toda la "performance".
La hora del gran Bayo no llegó hasta las cuatro y media o cinco. Mientras le montaban la mesa y la pantalla para las proyecciones, el decorado cambió por completo: la gente se encontraba más animada, empezaban a aparecer tipos extraños con linternas colgadas a ambos lados de las orejas, y la música acompañaba, pues recordaba a principios de los noventa, por ejemplo con el "na,na,ke", tema que aparece en "Sonic Mix".
La tensión se palpaba, muchos/as jóvenes iban a ver por fin cumplido su sueño de ver a otrora un gran mito, perdido en otra época, y que ha pervivido hasta nuestros días gracias a su tesón y a su actitud, actitud que le llevó a tocar el cielo musical, y con la que ahora pre
tende reverdecer viejos laureles. Otros, avanzados en edad, si pudieron vivir aquella gran época de la "Ruta del Bakalao", cuyos comienzos según los entendidos datan de 1988 con las aperturas diurnas de la discoteca "Spook" en Valencia y cuyo final se fija sobre el año 1996, con las famosas redadas y persecuciones policiales que exterminaron aquel fenómeno. Las drogas, los accidentes y la policía, acabaron por enterrar aquella maravillosa época, que por otro lado, tantas cabezas destruyó. Hoy en día, muchos supervivientes campan a nuestro lado, y a cualquier hora en nuestra vida cotidiana, aunque no nos demos cuenta. Lo que pasa, es que al igual que en Alemania no se quiere hablar del Genocidio nazi, aquí no se quiere hablar de "la Ruta".
Lamentaciones aparte, la excitación iba "in crescendo" a medida que se aproximaba el momento. Parecía una bomba a punto de reventar, y el ritmo cardíaco subía su régimen, a la par que los decibelios en la sala. Tanto es así, que Chom, notándome exaltado, me dijo:
- Al fin lo vas a ver, ¿eh? ¡Llegó el momento!
Cuando se interrumpió la música en la sala, se apagaron las luces y empezó la intro, un rugido de aprobación emergió de entre la masa.
Inolvidables las primeras imágenes del video:
"A finales del siglo XX nos llegó una transmisión". Entonces aparece un punto parpadeando en un localizador como el que llevan los barcos, los submarinos, incluso los F-17. Otro nuevo mensaje se escribe en pantalla: " En el cuadrante cuarto, de la cuarta galaxia, un extraño planeta se extinguía"
Un video en el que aparecía un cohete despegado entre un gran desprendimiento de gases y tras un mesaje que rezaba: "estas son las últimas imágenes que recibimos". sale una cámara buscando supervivientes en un planeta desértico asolado por la destrucción, encontrándose con la gorra roja de CCCP. Tras eso aparece en pantalla: "¿Hasta
dónde ha llegado Chimo Bayo?" Y a continuación una secuencia desenfrenada de imágenes y flashes del showman en repetidas actuaciones, videoclips, entrevistas de su época dorada. Brutal. Contemplar aquellos gigantescos escenarios plagados de luces y focos, con muchas bailarinas haciendo bailar a miles y miles de enfervorizados espectadores, hizo que se me erizara el vello. Espectáculos de luces, lanzamiento de cohetes, aquellas imágenes parecían ser reales y me atrevería a decir, que correspondían a su exitosa y multitudinaria gira que llevó a cabo por tierras orientales. No en vano, fue dos años número uno en Israel y Japón, y se escuchó muchísimo por toda Sudamérica.
Enseguida se pudo distinguir la silueta del productor, showman y dj en los escalones contiguos al escenario y con las manos en la cintura. Como es habitual en él, se hallaba enfundado en su mono fosforito, con su gorra que pone "Bayo" y con las linternas enfocando a la pared de la sala. Un estruendo de entusiasmo llenó la estancia, pudiendo contemplar, que existe, que estaba allí, que no es una leyenda, que estaba en carne y hueso, y no solo a través del sonido, como tantas otras veces.
¡Uh, ha! ¡Uh, ha! ¡eh, eh, eh! Sus archiconocidos sonidos onomatopéyicos irrumpían sin descanso al comienzo de su sesión. Primeramente, se plantó a animar delante del público para animarlo, mientras numerosas flashes se desplegaban en torno suyo. El primer gran tema que bailó fue "Química", cuya letra no es de las más conocidas, pero que entraña un profundo mensaje:
" No,no,no,no,no...no,no, ¡ya está bien! ¡ya está bien! ¡que,qué,qué! ¡química, química, química, química, química! ¡química! ¡química,química,química! ¡no,no,no,no,nooooo! ¡yeeeeehhhhh! ¡química, química, química, química, química! ¡uhmm! ¡uhmm! ¡uhmm! ¡uhmm!¡ahhhh!... ¡no sé si debo ir, tengo que trabajar! ¡debo salir de esta tumba mortal, no puedo mover, imposible salir! ¡debo salir de esta trampa mortal, que es vivir sin dormiiiirrr!... ¡nunca te pares, sígueme! ¡nunca te pares, muévete! ¡nunca te pares, súbelo! ¡nunca te pares, baílalo! ¡he,he,he! ¡que, que,que, qué! "
En resumen, tener bien claro que tu obligación es trabajar, pero también desfasar. Con lo cual se sacrifica el sueño. ¡Vive a tope!

Durante este tema, que muchos coreaban a la perfección un tipo se me acercó diciendo:
- ¡Es él, es él!
- No puede ser, ¿eh? ¡no puede ser! - le contesté, al ver que teníamos sentimientos compartidos hacia su persona - creí que nunca le iba a poder ver, pues en aquella época era yo muy pequeño.
- Y yo también. Y aquí lo tienes, tío. No es otro, ¡es el puto Chimo!
- ¡Ya ves! ¡Ahora a disfrutar!
- ¡Toma! ¿quieres? - me preguntó, ofreciéndome un cubata
- ¿De qué es?
- Whiskey.
- Venga, trae - ya que estábamos de buen rollo los nostálgicos de Chimo no era plan de estropearlo.
A esto que se me acerca Walter y me dice al oído:
- ¡Vaya año, eh Crespo! ¡Los Chemical y Chimo Bayo en el mismo año!
- Ya,ya.
-¡Sólo te falta Paco Pil!
Voy y me acerco a mi "amigo" y le digo:
- Este año está siendo grandísimo. He visto a los "Chemical Brothers" y a Chimo Bayo
- Yo he visto a Prodigy, a los Chemical, a Chimo... ¡los he visto todos!
- También yo vi a los Prodigy.
Por unos instantes, Bayo abandonó su faceta como showman para convertirse en dj. La primera canción era conocida: "Bootleg in the gun" (lo siento Nitro, pero te fastidias, por no haber venido).
- ¡Tío! ¡pero ésta no es suya! ¡qué hace! - le grité a mi amigo al oído.
- Yaaahh. No. Esta es de los "chemical" - repuso.
Tampoco el llevaba razón, lo importante era disfrutar del "trallazo" de C&G.
De repente, mientras hacía la transición, un chirrido bramó por los altavoces:
- ¡Se te ha ido, macho! - le dije al colega
- ¡Chacho, Chimooo! ¡Más fino, tíoooo! - gritó mi "amigo"
Estaba claro que hasta incluso el bueno de Bayo, podía cometer algún fallo. Pasaron 30 minutos y la base y el ritmo seguían siendo idénticos a media antes. La gente se movía por inercia, y yo pensé, como muchos otros, que se estaba rayando, y que tenía que cambiar ya. Pronto salieron sus grandes éxitos a la palestra, y además ordenados cronológicamente: "Así me gusta a mí" , "Bombas" y "La tía Enriqueta". Durante éstos, muchas disfrazadas y con un vinilo adosado a la cabeza la liaron gorda en la tarima, volcando todo tipo de botellas y vasos, que habían dejado en ella. Junto a mí, había un tipo que no quiso perderse la oportunidad de meterse una rayica con su canutico entre pecho y espalda, para saborear el mágico momento. Walter fue advertido convenientemente. El fue el único de nosotros que se subió a bailar, y además lo hizo solo. La gente lo supo agradecer.
Un tipo calvo y con gafas de pasta, de actitud bastante pintoresca, se me acercó por detrás y me dijo al oído mientras bailábamos:
- ¡Qué pasa, qué pasa!
- ¡Qué pasa! ¡qué pasa! ¿Cuánta gente hay aquí? ¿Hay doscientos? ¿Vamos a ver si es verdad? ¡Vamos a hacer una reacción en cadena! ¡Esto es reacción en cadena! - bramó el clubber, que no paró de salpicar toda su sesión con expresiones onomatopéyicas.
En la pantalla donde se efectuaba la proyección, aparecían imágenes de Darth Vader y de cazas imperiales patrullando por el espacio. Chimo Bayo se comunicaba con su micrófono dentro de uno de sus destructores imperiales, en uno de sus pasillos.
En numerosas ocasiones, la chica de rojo y de gafas que estaba delante mío se giraba cuando sin querer le pisaba mientras bailaba. Como con Chimo hay buen rollo, se limita a sonreírte. Si fuera escuchando a "Muchachito bombo infierno", hubieran llovido los palos".
- ¡Veis este recopilatorio, gritó mientras alzaba un vinilo! ¡Próximo estreno en sala Apolo, Barcelona! - gritaba el otro.

- ¡Apagando las luces! ¡todas! ¡todassss! - decía mientras acompañaba con un gesto de brazos bastante llamativo.
- ¡Start! ¡Stop! ¡Start! ¡Start! - paraba y volvía a poner la música, mientras aparecía en pantalla un panel con botones, como si fuera un videojuego.
La gente y viejos nostálgicos se echaban fotos entre ellos. Yo no estuve tan pendiente como otras noches, porque quería disfrutar el momento tan esperado mientras durara.
Como colofón a su set, mezcló la canción de Underworld "Born Slippy" mientras gritaba: ¡¡¡¡¡Underworld!!!! Falto poco para que la gente se abrazara cuando sonó este tema, tan querido y tan conocido por todos, y que de hecho es contemporáneo a lo que fue su auge (1991).
Su despedida me decepcionó un poco, ya que no dijo nada de ¡hasta luego, Valencia! o algo por el estilo. Pese a todo, hizo referencia a los buenos valores que hay que tener cuando se sale de fiesta:
- ¡Lo importante es saber divertirse, ser buena gente, ser fiel, ser buena persona, querer a los amigos, a la familia, a tu novia! Nos vemos, ¡hasta siempre!
- Chacho, el Chimo éste. Se pone sentimental y todo. Es un verdadero fenómeno de masas- pensé para mis adentros.
En resumidas cuentas, me gustó mucho su espectáculo, tiene mucha actitud y gracia, pero está claro que pertenece a otra época y a otros años. Desde luego, como comentaría Chom durante el viaje de vuelta, verlo en sus años gloriosos delante de tanta gente, en tan multitudinarios eventos, tuvo que ser la bomba. Pese a todo, me considero afortunado de haberle visto y de que me haya hecho bailar sin parar en un ambiente de buen rollo con tus amigos, y con gente que ni siquiera conoces, sin que eso importe. Eso es lo que cuenta. Merece la pena verle de nuevo, aunque solo sea para descifrar esa ingente de locuras que dice a través del micro, y que muchas veces no se le entiende.
Me posé sobre la barra para descansar tras tanta emoción seguida.
Pasaba por allí una chica de pelo rizado, que la había visto un poco apagada sobre todo en la recta final del concierto. Quise encuestarla, para saber las impresiones del pueblo:
- ¡Qué! ¿Te lo has pasado bien?
- Mucho. Tenía ganas de ver a Chimo.
- Yo también, de veras.
Así supe que ni yo ni Chimo estamos solos en el mundo, y que aún queda buena gente sobre la faz de la Tierra.
Luego apareció Bárbara Vamp para terminar de agitar al personal masculino, y de mandarlos calientes a sus camas con un striptease en la tarima aún más atrevido que el anterior. Se abrió de patas, nos puso el culo en pompa mientras se inclinaba sobre la barandilla y listos.
Durante el viaje de vuelta, tras comentar que Bayo no sería nada sin sus videos y sin su puesta en escena, se abrió un absurdo debate sobre quién era mejor, si Chimo Bayo o Paco Pil. Walter dijo que Chimo, pero porque Paco Pil era calvo y tenía menos actitud.
Yo opino que lo relacionado con aquella época se debe de guardar con cariño en el recuerdo y en el corazón, pues muchos jóvenes a los que sus padres no les dejaban salir de noche, encontraron una forma de hacerlo durante el día, gracias a este gran movimiento, que tuvo en Chimo Bayo a su máximo exponente.
Bayo, con uno que podría ser
perfectamente uno de nosotros

Como el buen Chimo nos ha mostrado esta noche, ¡a tope y hasta que el cuerpo aguante! ¡Todavía quedan años de juventud!
Así se despedía Chimo Bayo de su público, incondicional y entregado por entero y como siempre a su gurú. Después de ver lo sucedido ayer, puedo afirmar que pervive, y no solo en nuestras mentes y corazones, sino en carne y hueso. Llevaba más de un mes esperando el acontecimiento, como tantos otros, y si bien cometió algún pequeño error, nuestro amigo no defraudó.
Nuestro cuartel general de quedada fue mi piso. Mientras Walter devoraba niveles en el buscaminas, yo le leía lo mejor de mi repertorio de libros.
- ¿Cómo preparar un plato de spaghettis con..? Simplemente, no se prepara - rezaba el libro de cocina.
- Mitos de la droga - rezaba otro libro:
1.-El tabaco contamina, pero más los coches y las fábricas, así que si podemos ser víctimas de la contaminación ambiental, ¿por qué preocuparnos?
2.-No pasa nada si sólo se consume cocaína los fines de semana.
3.-La heroína, si se fuma, se puede controlar.
4.-Si la heroína no está adulterada no es peligrosa.
5.-Es muy difícil contagiarse del VIH-SIDA
6.-Todos los consumidores de heroína son unos delincuentes.
La Guardia Civil llamó una hora más tarde, para desplazarnos hasta el Jesuso, donde habíamos quedado con Víctor para cenar. No escatimamos fuerzas para degustar un frugal convite: simulacros, chorizos, salchichas a la plancha, sobrasadas con queso, plato combinado de embutido, queso fresco con tomate... no faltó de nada, incluyendo una buena ración de quintos. No cabe duda, que se trataba de una cita de las importantes, no solo porque no se ve a Bayo a todos los días (que posiblemente no lo veamos nunca más, no lo quiera Dios), sino porque el "trío muerte" llevaba muchísimo tiempo sin reunirse. La ocasión lo merecía. Al margen de eso, Víctor de Moratalla también llevaba mucho tiempo fuera de nuestra onda. Otro punto más para el optimismo.
Durante la cena, conté los comentarios que se habían escuchado en la tienda de discos "Tráfico", con motivo de la compra de entradas:
- ¡Dáme tres pa "el Chimo Bayo"! - dije sin vacilar al dependiente del local mientras cruzaba como un rayo el umbral de la puerta.
El Sr. Floro apenas se inmutó. Posiblemente había muerto mientras calaba un "piti" o mientras despachaba un par de entradas a unos ecuato-heavies.
- ¿¿Quéeeee??? - dijo otra voz por detrás -¿Chimo Bayo? Pos, ¿ése no había muerto ya?
El Sr. Floro pareció reaccionar al fin, disipando esa mirada pétrea y cabizbaja del mostrador.
- Sssiii - murmuró - al parecer se ha puesto de moda en los "revival" ahora. Y ahí lo tienes, ¡dando por culo otra vez!
Mientras tanto, yo lo maldecía para mis adentros.
- ¡Ese tío parece no tener fin! ¡Pues no hace años de aquello!
- Así es - dijo Floro mientras cortaba las entradas.
- ¿Y dónde toca, por cierto? - preguntó el otro, que para mí que se le estaba haciendo la boca agua por ir.
- En la sala 7 nights
- ¿Y dónde está eso?
- En la Carretera de Fortuna.
Tras una interminable espera, recibí mis tres entradas, cuyo precio se elevaba hasta los 12,50 euros, 50 céntimos más de lo esperado por los gastos de distribución. Luego bromeábamos diciendo que la entrada valía 1, 5o euros y que el precio se elevaba a 12,50 porque los gastos de distribución eran de 11 euros. ¡Ja,ja! ¡Estaría mu bien!
Walter leía la inscripción que decía algo sobre las tres cés:
- Pos Crespo empieza por cé. ¡Y Chimo también! - comenté
- ¡Y Chom!
- Estamos elegidos - nos dijimos al mismo tiempo.
La cena nos salió más barata de lo normal, ya que el camarero no lleva la cuenta de lo que se pide. Mejor. Venganza por todos los claves de los que hemos sido víctimas.
Cuando nos pusimos de camino hacia el local, Walter conectó la radio y conocimos el vapuleo que le estaba dando el barça al atleti (3-0 en 15 minutos de partido). Walter se salíó por la salida de antes de la de Fortuna. Recibió múltiples críticas y reproches por ello, pero acabó saliendo airoso en su hábitat natural, la carretera.
Al llegar, había ya ambiente en el aparcamiento de las naves, repleto de "pintas" que auguraban un concierto "de alto riesgo". No entramos en el recinto, no porque no hubiera un alma, sino porque todavía no habían traído las entradas para venderlas, y Víctor no pudo comprar la suya. Dimos media vuelta, y entonces un coche se detuvo un coche enfrente de nosotros. De él, descendió un tipo de melena rizada y de enjuta silueta.
- ¡Hombre, Manolo! ¡Eres el qué faltaba! - le gritaron los porteros
- Venid - les apremió Manolo- ¡ayudadme con esto! - les pidió dejando al descubierto un maletero lleno de cajas- mirad, tenéis que repartir una pegatina por entrada a los que entren, y asegúrate de que los camareros las lleven puestas - les instó un tanto alterado.
- Ese tipo lleva ahí una motosierra - me comentó al oído Charlter.
- No me extraña. El año pasado abrieron el festival con una de esas. No puede faltar.
Para hacer tiempo, nos fuimos a tomarnos unas cañas por ahí. Acabamos en el "Ventorrillo", pero no en el de Kavila, sino en el bastardo. Junto a él, se encontraba la fábrica de Grefusa, donde se engendran los míticos Grefusitos. Por eso quizá, a Walter se le nublara la vista y se pasara la entrada del restaurante y luego tuviera que dar la vuelta.
La conversación aquí, giró en torno a cuantos defensas más debía de poner Clemente para que llegaran los buenos resultados. Uno decían que ocho, un mediocampista y un mediapunta. Sin duda, esta era la opción más ofensiva y ambiciosa.
- ¡Con eso sobra! - recuerdo que comentó Chom
Luego comentamos cosas sobre Vidakovic, y que supuestamente había escogido ser el segundo de Clemente porque no le hacía falta entender nada, este le hacía el gesto de tirar palante y el ya comprendía. Pero que realmente, el de español no entendía una mierda, y que si hubiera sido otro entrenador español el que lo hubiera cogido como segundo, hubiera sido de relleno, porque el, donde estuviera el buen cirílico, el español sobraba.
El Barça, mientras tanto, mareaba al Atleti a su antojo, y de no ser por Víctor, que no veía jugar a su equipo tan bien desde hacía diez años, no lo hubieran puesto, ya que como el partido había perdido interés, habían puesto una mini serie de género fantástico.
Tras tomarnos un par de cañas por barba (exceptuando Walter), volvimos a la sala 7 nights, cuyo parking presentaba un conmovedor ambiente: zagales y zagalas con gorros de ducha bailando y cantando canciones con letras de este estilo: ¡Pónme petacetas en el coño...!
Una carcajada brotó en el interior de "Manuel" aplaudiendo semejante escena. Momentos antes, viendo que era imposible localizar aparcamiento, pensamos incluso en bloquear la salida del parking, plantando a "Manuel" justamente allí.
Esta vez si que pudimos entrar. El recinto constaba de dos salas, y la del fondo era la destinada al concierto. Un cuadrado perfecto de grandes dimensiones, dotando de una tarima central, y dos largas barras en el lateral y al fondo. Había un camarero (normalmente camarera) cada dos metros. Overbooking. Lo más sorprendente era que nadie había empezado a tocar, y que el área se encontraba prácticamente vacía, aunque la música era bastante cañera. Víctor se puso a hablar con una y nosotros nos arrejuntamos en la barra a bebernos un cubata. Me llamó la atención un tipo bastante rarito con capucha negra que no paraba de dar vueltas a la sala de manera cíclica y siguiendo siempre la misma trayectoria. Cuando pasaba, nos dedicaba una mirada fría como el hielo y cortante como un cuchillo.
- ¡Tú!, ¿has visto a ése? - dije llamando la atención de Chom - ¡no para de dar vueltas!
- Es la muerte - repuso Chom en tono indiferente, como si lo viera lo más normal del mundo.
Walter se fue un rato con Víctor, y yo me quedé un rato con Domingo, contándole cosas del viaje a "Compos" y de la pasada a conducir que nos habíamos pegado mi tío y yo con el Megane. El se habíado ido con Fulgencio meses atrás y también lo había pasado muy bien.
- Pues si te quieres apuntar en Diciembre a una fiesta en la Academia de Pontevedra, avísame y se lo digo a mi primo.
- Vale, pero aún es pronto. Estoy con el proyecto, y no sé como lo llevaré en diciembre. Ya te digo, estar en Galicia unos días es lo suyo. Yo he estado tres días, dos de los cuales han sido de viaje, y aún así, ha estado cojonudo. Apenas llovió por la noche, pero era lluvia de esta fina.
- Y luego conduciendo una maravilla. ¿Tú sabes que es llevar siempre un gasolina, y coger un Megane Diesel por la autovía?
- La verdad que el Megane es una buena bestia, sí. Yo lo llevé de patrulla, y ese se pone a 200 pero fácil.
- Fíjate que mi coche tiene 80 CV y el Megane 130 CV. Yo iba a 130-140 y el coche pedía y pedía.
- ¡Ah! ¡No te lo he dicho! ¡Me he comprado un coche!
- ¡No jodas! ¿Cuál?
- Un Toyota Avensis de segunda mano.
- Y ése, ¿cuántos caballos tiene?
- 150.
- ¿Es diesel?
- Sí.
- ¡Dios! ¿pero ese qué? ¿se pone a volar?
- Es un monstruo. Tiene sexta.
- Ya, supongo. El Megane también.
- ¡Ah! ¿Qué te has comprado tú también un coche? - dijo Walter interrumpiendo la conversación.
- Pues sí. Un Avensis.
- ¡Chacho! ¡Aquí mucho coche, pero aquí nadie saca el suyo! ¡A ver cuando lo sacáis, qué siempre conduzco yo! - se quejó amargamente.
A todo esto, había comenzado ya el concierto, con un grupo, "The Ginger Lynss" que no transmitía buenas vibraciones:
- ¡Vaya pastel!- dije
- Podía empezar Chimo Bayo a todo trapo y ya está. Los otros pa qué - comentó Chom.
En esto, que aparece Víctor por allí excitadillo de más y con rostro agitado.
- ¡Chacho! He visto a los del Kante Pinréliko y a Chimo Bayo en la puerta.
-¡No jodas! - clamé de envidia - voy al aseo un momento.
- ¡Tira a ver si siguen en la puerta! - gritó Domingo cuando yo ya había echado a andar.
Por desgracia, en la puerta no había nadie. Miré en derredor de la otra sala, haber si me encontraba con la cara que estaba buscando. Negativo.
Tan frustrado me sentí, que me metí en el aseo de las mujeres. Allí estaban tres ejemplares de esta especie peleándose porque no sabían hasta cuando se iban a quedar:
- ¡Hacho! ¡Qué yo no me quedo a ver al Chimo Bayo ése! - dijo una que parecía tener un buen pronto - si ni siquiera sé quién es.
Con aquellas afirmaciones, me lo dijo todo, así que cabreado por la calumnia que acababa de recibir el bueno de Chimo me retiré de allí.
Cuando me metí en el de los señores, me encontré tres tíos con gafas de sol y vestidos con gabardina larga al estilo Matrix, echándose fotos a ellos míos. Ante semejante panorama, cumplí con la tarea que me había propuesto hacer, y salí por piernas antes de que alguien me pudiera echar el "pestillo".
- A mi vuelta vi que había un cámara enfocando hacia donde yo me encontraba, y para colmo, era japonés. Me puse a bailar y hacer el tonto, para que el hombre tuviera algo que contar a su vuelta a tierras niponas. Una moza de buen tallaje bailaba en mi radio de acción e intentaba robarme protagonismo con sus actuaciones. Era alta, guapa y madura, pero no me gustaba que llevara dos kilos de pintalabios encima. Aún así, no desperdicié la ocasión para tenderle mi mano:
- ¿Hasta cuándo te vas a quedar esta noche?
- Pues no lo sé. La verdad que no tengo previsto el momento cuando me voy a ir.
- ¿Es qué no vas a ver a Chimo Bayo?
- ¿Quién es Chimo Bayo?
- Pues Chimo es el último que toca y el cabeza de cartel. Te lo recomiendo.
- ¡Ah, vale! Lo tendré en cuenta.
- ¡Mira! ¡La cámara nos está enfocando! ¡Haz algo!
- Es verdad.
Tras hacer unas cuantos movimientos próximos al ridículo y la desvergüenza, le comenté:
- Siento que tengas que pasar por esto, pero da la casualidad que cuando hay una cámara de fotos o de vídeo de por medio, siempre acaba enfocándome de lleno. Lo digo en serio.
- ¡Ja,ja! Debes de ser muy fotogénico.
No se que más sandeces nos diríamos pero el caso es que mis recuerdos me llevan ahora a la barra, exigiendo otra ronda y con la camarera rubia de por medio. En aquellos instantes, me encontraba con buenas sensaciones y no habiendo bebido mucho, un poco ebrio.
- Un brugal naranja y un white label cola, por favor le dije.
A continuación, cuando volví con las botellas la asedié a preguntas, calentándole la cabeza:
¿Desde cuándo trabajas aquí?
¿No te aburres?
¿A qué más te dedicas?
Etcétera.
Fruto de mi empeño y pedantería, conseguí que me sonriera y que me echara los cubatas más largos, ¿a qué sí Chom?
-¿Te echo más? - preguntó
- Sí, claro.
Entonces, vino la peor parte de la noche, la del aburrimiento y la desidia, tan solo interrumpida por la aparición de una fotógrafa de traje rojo y bonitas piernas, a la que a punto estuve de darle un toque. Destacable también la actuación de Barbara Vamp, una supuesta actriz porno que se quitó absolutamente todo, excepto la piel a tiras.
La banda "Les Olé" realmente fue una mierda y los del Cante Pinréliko no me llenaron mucho, tanto que me lo pasaba mejor en los descansos entre grupo y grupo, que durante el concierto mismo. Algunas frases en mitad de la actuación y sin venir a cuento, me sacaban por momentos de mi amodorramiento:
- ¡Es hora de sacar cuchillos y navajas!
Un ritmo descomunal haciendo referencia al célebre Paco Pil como:
- ¡Paco Pil, Paco Pil, Paco Paco Paco Pil, Paco Pil, Paco Pil, Paco Paco Pil!
y que decir de esta afirmación:
- ... para escuchar grupos similares a Camela, hay que ir al sur de Madrid.
A final de su actuación, el grupo "Les Olé" congregó al escenario a un montón de peña a armar "ruido", como diría mi amado padre. El espectáculo era enteramente carnavalesco. No en vano, el bajista iba en gallumbos y pintado durante toda la "performance".
La hora del gran Bayo no llegó hasta las cuatro y media o cinco. Mientras le montaban la mesa y la pantalla para las proyecciones, el decorado cambió por completo: la gente se encontraba más animada, empezaban a aparecer tipos extraños con linternas colgadas a ambos lados de las orejas, y la música acompañaba, pues recordaba a principios de los noventa, por ejemplo con el "na,na,ke", tema que aparece en "Sonic Mix".
La tensión se palpaba, muchos/as jóvenes iban a ver por fin cumplido su sueño de ver a otrora un gran mito, perdido en otra época, y que ha pervivido hasta nuestros días gracias a su tesón y a su actitud, actitud que le llevó a tocar el cielo musical, y con la que ahora pre
Lamentaciones aparte, la excitación iba "in crescendo" a medida que se aproximaba el momento. Parecía una bomba a punto de reventar, y el ritmo cardíaco subía su régimen, a la par que los decibelios en la sala. Tanto es así, que Chom, notándome exaltado, me dijo:
- Al fin lo vas a ver, ¿eh? ¡Llegó el momento!
Cuando se interrumpió la música en la sala, se apagaron las luces y empezó la intro, un rugido de aprobación emergió de entre la masa.
Inolvidables las primeras imágenes del video:
"A finales del siglo XX nos llegó una transmisión". Entonces aparece un punto parpadeando en un localizador como el que llevan los barcos, los submarinos, incluso los F-17. Otro nuevo mensaje se escribe en pantalla: " En el cuadrante cuarto, de la cuarta galaxia, un extraño planeta se extinguía"
Un video en el que aparecía un cohete despegado entre un gran desprendimiento de gases y tras un mesaje que rezaba: "estas son las últimas imágenes que recibimos". sale una cámara buscando supervivientes en un planeta desértico asolado por la destrucción, encontrándose con la gorra roja de CCCP. Tras eso aparece en pantalla: "¿Hasta

Enseguida se pudo distinguir la silueta del productor, showman y dj en los escalones contiguos al escenario y con las manos en la cintura. Como es habitual en él, se hallaba enfundado en su mono fosforito, con su gorra que pone "Bayo" y con las linternas enfocando a la pared de la sala. Un estruendo de entusiasmo llenó la estancia, pudiendo contemplar, que existe, que estaba allí, que no es una leyenda, que estaba en carne y hueso, y no solo a través del sonido, como tantas otras veces.
¡Uh, ha! ¡Uh, ha! ¡eh, eh, eh! Sus archiconocidos sonidos onomatopéyicos irrumpían sin descanso al comienzo de su sesión. Primeramente, se plantó a animar delante del público para animarlo, mientras numerosas flashes se desplegaban en torno suyo. El primer gran tema que bailó fue "Química", cuya letra no es de las más conocidas, pero que entraña un profundo mensaje:
" No,no,no,no,no...no,no, ¡ya está bien! ¡ya está bien! ¡que,qué,qué! ¡química, química, química, química, química! ¡química! ¡química,química,química! ¡no,no,no,no,nooooo! ¡yeeeeehhhhh! ¡química, química, química, química, química! ¡uhmm! ¡uhmm! ¡uhmm! ¡uhmm!¡ahhhh!... ¡no sé si debo ir, tengo que trabajar! ¡debo salir de esta tumba mortal, no puedo mover, imposible salir! ¡debo salir de esta trampa mortal, que es vivir sin dormiiiirrr!... ¡nunca te pares, sígueme! ¡nunca te pares, muévete! ¡nunca te pares, súbelo! ¡nunca te pares, baílalo! ¡he,he,he! ¡que, que,que, qué! "
En resumen, tener bien claro que tu obligación es trabajar, pero también desfasar. Con lo cual se sacrifica el sueño. ¡Vive a tope!

Durante este tema, que muchos coreaban a la perfección un tipo se me acercó diciendo:
- ¡Es él, es él!
- No puede ser, ¿eh? ¡no puede ser! - le contesté, al ver que teníamos sentimientos compartidos hacia su persona - creí que nunca le iba a poder ver, pues en aquella época era yo muy pequeño.
- Y yo también. Y aquí lo tienes, tío. No es otro, ¡es el puto Chimo!
- ¡Ya ves! ¡Ahora a disfrutar!
- ¡Toma! ¿quieres? - me preguntó, ofreciéndome un cubata
- ¿De qué es?
- Whiskey.
- Venga, trae - ya que estábamos de buen rollo los nostálgicos de Chimo no era plan de estropearlo.
A esto que se me acerca Walter y me dice al oído:
- ¡Vaya año, eh Crespo! ¡Los Chemical y Chimo Bayo en el mismo año!
- Ya,ya.
-¡Sólo te falta Paco Pil!
Voy y me acerco a mi "amigo" y le digo:
- Este año está siendo grandísimo. He visto a los "Chemical Brothers" y a Chimo Bayo
- Yo he visto a Prodigy, a los Chemical, a Chimo... ¡los he visto todos!
- También yo vi a los Prodigy.
Por unos instantes, Bayo abandonó su faceta como showman para convertirse en dj. La primera canción era conocida: "Bootleg in the gun" (lo siento Nitro, pero te fastidias, por no haber venido).
- ¡Tío! ¡pero ésta no es suya! ¡qué hace! - le grité a mi amigo al oído.
- Yaaahh. No. Esta es de los "chemical" - repuso.
Tampoco el llevaba razón, lo importante era disfrutar del "trallazo" de C&G.
De repente, mientras hacía la transición, un chirrido bramó por los altavoces:
- ¡Se te ha ido, macho! - le dije al colega
- ¡Chacho, Chimooo! ¡Más fino, tíoooo! - gritó mi "amigo"
Estaba claro que hasta incluso el bueno de Bayo, podía cometer algún fallo. Pasaron 30 minutos y la base y el ritmo seguían siendo idénticos a media antes. La gente se movía por inercia, y yo pensé, como muchos otros, que se estaba rayando, y que tenía que cambiar ya. Pronto salieron sus grandes éxitos a la palestra, y además ordenados cronológicamente: "Así me gusta a mí" , "Bombas" y "La tía Enriqueta". Durante éstos, muchas disfrazadas y con un vinilo adosado a la cabeza la liaron gorda en la tarima, volcando todo tipo de botellas y vasos, que habían dejado en ella. Junto a mí, había un tipo que no quiso perderse la oportunidad de meterse una rayica con su canutico entre pecho y espalda, para saborear el mágico momento. Walter fue advertido convenientemente. El fue el único de nosotros que se subió a bailar, y además lo hizo solo. La gente lo supo agradecer.
Un tipo calvo y con gafas de pasta, de actitud bastante pintoresca, se me acercó por detrás y me dijo al oído mientras bailábamos:
- ¡Qué pasa, qué pasa!
- ¡Qué pasa! ¡qué pasa! ¿Cuánta gente hay aquí? ¿Hay doscientos? ¿Vamos a ver si es verdad? ¡Vamos a hacer una reacción en cadena! ¡Esto es reacción en cadena! - bramó el clubber, que no paró de salpicar toda su sesión con expresiones onomatopéyicas.
En la pantalla donde se efectuaba la proyección, aparecían imágenes de Darth Vader y de cazas imperiales patrullando por el espacio. Chimo Bayo se comunicaba con su micrófono dentro de uno de sus destructores imperiales, en uno de sus pasillos.
En numerosas ocasiones, la chica de rojo y de gafas que estaba delante mío se giraba cuando sin querer le pisaba mientras bailaba. Como con Chimo hay buen rollo, se limita a sonreírte. Si fuera escuchando a "Muchachito bombo infierno", hubieran llovido los palos".
- ¡Veis este recopilatorio, gritó mientras alzaba un vinilo! ¡Próximo estreno en sala Apolo, Barcelona! - gritaba el otro.

- ¡Apagando las luces! ¡todas! ¡todassss! - decía mientras acompañaba con un gesto de brazos bastante llamativo.
- ¡Start! ¡Stop! ¡Start! ¡Start! - paraba y volvía a poner la música, mientras aparecía en pantalla un panel con botones, como si fuera un videojuego.
La gente y viejos nostálgicos se echaban fotos entre ellos. Yo no estuve tan pendiente como otras noches, porque quería disfrutar el momento tan esperado mientras durara.
Como colofón a su set, mezcló la canción de Underworld "Born Slippy" mientras gritaba: ¡¡¡¡¡Underworld!!!! Falto poco para que la gente se abrazara cuando sonó este tema, tan querido y tan conocido por todos, y que de hecho es contemporáneo a lo que fue su auge (1991).
Su despedida me decepcionó un poco, ya que no dijo nada de ¡hasta luego, Valencia! o algo por el estilo. Pese a todo, hizo referencia a los buenos valores que hay que tener cuando se sale de fiesta:
- ¡Lo importante es saber divertirse, ser buena gente, ser fiel, ser buena persona, querer a los amigos, a la familia, a tu novia! Nos vemos, ¡hasta siempre!
- Chacho, el Chimo éste. Se pone sentimental y todo. Es un verdadero fenómeno de masas- pensé para mis adentros.
En resumidas cuentas, me gustó mucho su espectáculo, tiene mucha actitud y gracia, pero está claro que pertenece a otra época y a otros años. Desde luego, como comentaría Chom durante el viaje de vuelta, verlo en sus años gloriosos delante de tanta gente, en tan multitudinarios eventos, tuvo que ser la bomba. Pese a todo, me considero afortunado de haberle visto y de que me haya hecho bailar sin parar en un ambiente de buen rollo con tus amigos, y con gente que ni siquiera conoces, sin que eso importe. Eso es lo que cuenta. Merece la pena verle de nuevo, aunque solo sea para descifrar esa ingente de locuras que dice a través del micro, y que muchas veces no se le entiende.
Me posé sobre la barra para descansar tras tanta emoción seguida.
Pasaba por allí una chica de pelo rizado, que la había visto un poco apagada sobre todo en la recta final del concierto. Quise encuestarla, para saber las impresiones del pueblo:
- ¡Qué! ¿Te lo has pasado bien?
- Mucho. Tenía ganas de ver a Chimo.
- Yo también, de veras.
Así supe que ni yo ni Chimo estamos solos en el mundo, y que aún queda buena gente sobre la faz de la Tierra.
Luego apareció Bárbara Vamp para terminar de agitar al personal masculino, y de mandarlos calientes a sus camas con un striptease en la tarima aún más atrevido que el anterior. Se abrió de patas, nos puso el culo en pompa mientras se inclinaba sobre la barandilla y listos.
Durante el viaje de vuelta, tras comentar que Bayo no sería nada sin sus videos y sin su puesta en escena, se abrió un absurdo debate sobre quién era mejor, si Chimo Bayo o Paco Pil. Walter dijo que Chimo, pero porque Paco Pil era calvo y tenía menos actitud.
Yo opino que lo relacionado con aquella época se debe de guardar con cariño en el recuerdo y en el corazón, pues muchos jóvenes a los que sus padres no les dejaban salir de noche, encontraron una forma de hacerlo durante el día, gracias a este gran movimiento, que tuvo en Chimo Bayo a su máximo exponente.
Bayo, con uno que podría ser
perfectamente uno de nosotros

Como el buen Chimo nos ha mostrado esta noche, ¡a tope y hasta que el cuerpo aguante! ¡Todavía quedan años de juventud!